¿QUÉ HABRÁN SENTIDO LAS MOSCAS CUANDO RAID LAS EQUIPARÓ CON LOS MOSQUITOS?
-¡Es una absoluta injusticia!, dijo la mosca negra que andaba merodeando el frasco de la miel. ¡Es vergonzoso que estas multinacionales injurien a millones de nuestras hermanas. ¡Y! hermanos! -aclaró poniendo un exultante énfasis en la "y"-.
En ese momento la inmensa nube negra de la Asamblea estalló en un zumbido abrumador que hizo vibrar los cristales de los edificios circundantes.
-¿Puedo hablar?, dijo un bien reconocible mosquito infiltrado. Pero el zumbido era ensordecedor. Y se escuchaban pedidos de división inmediata.
-¡Debemos organizarnos para hacer una marcha ecuestre!, gritaron a coro varias con megáfonos.
-¡Momento! Yo como moscardón verde esperanza, preferiría que primero hablemos con el jefe del laboratorio de RAID. ¡Mejor aún, hablemos con el CEO de Johnson!
Los millones de ojos de la Asamblea se dirigieron al moscardón. Las miradas eran de tres categorías: 1) "¡Éste ta loco!, 2) "Sí podimo.", y la tercera categoría tenía una mirada irreproducible, demasiado lejana al buen gusto.
-¡Camaradas! ¡Éste es un tema que ataca a nuestro orgullo de especie! Permitir esta mezcolanza es pisotear nuestra dignidad: preferimos morir bajo un exclusivo veneno que codearnos en los pisos del mundo con esos mosquitos esqueléticos, chupasangres, buscadores de orejas! ¡Y ni siquiera llegan a ser murciélagos resucitados! ¡Basta! Basta de humillaciones RAID basura vos sos...
En ese preciso instante el pishhhh de un aerosol sonó y de a una fueron cayendo. El único que se salvó fue el infiltrado que tenía una máscara antigases. "Les pregunté si podía hablar, y no me hicieron caso."
Aún hoy el veneno sigue unificado.
Alejandro Gil
9enero2018
Tucumán
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