Wednesday, January 10, 2018

INEVITABLE



INEVITABLE 

Vean que no es tan terrible la muerte, había escrito a las doce y cuarenta y cuatro de la noche. Ya todo había decantado. Hasta la felicidad dormía o se tapaba. No era la noche la que traía a su mente la muerte. Quizá en la ensoñación se apareció. Y así como vino, se fue. Recordó que lo estaba esperando ella y eso fue un sacudón. Animado comenzó a ver cada detalle: la ropa, el calzado, cuál perfume iba a usar. Su mirada dibujaba minuciosamente los bordes de su rostro, del rostro de ella, los pómulos, los ojos, las cejas, el mentón, la mandíbula, la sincera nariz que daba su luminosa sombra a esos labios impares. No podía despertar, había entrado al sueño inevitable.

Alejandro Gil
10enero2018

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