Friday, March 8, 2024

Y HAN PASADO 60

 



Y HAN PASADO 60


Y han pasado 60
Yo que creí tan solo llegar a los 33
Muerto allí hubiera sido un Cristo
Me equivoqué, quería un número equívocamente impar
Mas seguí creciendo y en cada acontecimiento crucial deseaba el fin
No me daba la razón la muerte
No me perdona
Me deja aquí viviendo
Y sigo...
Sigo como un obrero
Sorteando cada día produciendo
No me da dinero
Mas creo en el seguir creando
La mayor parte del tiempo lo invierto
en hacer corpóreo el vacío
En llenarlo con imágenes invisibles
Que el otro cree sin directivas
Ésa es su tarea, que trabajen, que trabajen
Mi hacer es hacer ruido
La transformación está a cargo del extraño


Alejandro Gil
8 de marzo del 2024
A sesenta años de mi nacimiento 

Friday, February 16, 2024

NO ME IMPORTA

 



NO ME IMPORTA


No me importa el equilibrio fiscal
No me importa el déficit zero
Menos me interesa que las cuentas cierren
Ni que la balanza empresarial les de a favor

Para quién gobierna el que gobierna?
Para cuidar sus dividendos?
Cuándo van a ser ellos los que hagan el sacrificio?
Cuándo van resignarse a ganar menos de sus multimillonarios ingresos?
Cuándo van dejar de percibir sus subsidios estatales que les hacen ganar millones y  millones?

No me interesa, les juro que no me importa
El país no se va a venir a pique cuando los poderosos empresarios paguen los impuestos que deben hacerlo

Por qué los ajustes lo debemos hacer los que menos ganamos?

Día a día los enriquecemos,
les compramos sus productos para vivir,
pero ya no nos alcanza
Ellos suben los precios para incrementar sus ganancias
Y nos dejan al fondo de la pobreza
Ellos siguen ganando y no les importa

Saben que tenemos hambre
No les importa
Saben que sin comida desfalleceremos
Y no les importa
Saben

Lo triste es que el Gobierno piensa más en ellos que en nosotros
Y arremete buscando nuestra desgracia

Total, qué vale más?

Ya lo sabemos:
Aquellos que somos el país no somos nada
Solo importan los hombres y mujeres del súper poder
Solo a ellos hay que respetarlos,
y, con ellos, el gobernante, cobra su comisión.

El resto, somos descartables

Hay que estar activos para que esto no siga sucediendo

No me importan las cuentas del fisco
Nosotros las llenamos
Mas los poderosos, las vacían



Alejandro Gil
15febrero2024
Tucumán
República Argentina 

Wednesday, January 31, 2024

WHEN I WAS 24 YEARS OLD




WHEN I WAS 24 YEARS OLD



When I was 24 years old, I lived in the city of Salta for 8 months. I was born there, but my roots were elsewhere. I couldn't stand that closed city. I turned. And I monopolized the most hostile world. It was preferable.


Cuando tenía 24 años, viví en la ciudad de Salta por 8 meses. Había nacido allí, pero mis raíces estaban en otro lado.
No soporté a esa ciudad tan cerrada. Me volví. Y acaparé el mundo más hostil. Era preferible.


Alejandro Gil
Enero 2024

Sunday, January 21, 2024

SEGURAMENTE NO ME ALCANCEN LOS OJOS




SEGURAMENTE NO ME ALCANCEN LOS OJOS


Ni para verlos, ni para dibujar cada rostro. El manto gris de una llovizna de invierno acaparará las cuadras, los territorios, la extensa sábana de los durmientes despertándose.
He visto, tras el inagotable tiempo, gentes acalambradas, arrolladas, parándose y enfrentando las desvergonzadas avanzadas de los impíos agresores.
Esta vez no me alcanzarán los ojos. Y con dolor lo digo: no entiendo a aquellos que observan con liviandad la matanza de sus coterraneos, de los convivientes, de los que te solucionan la vida, de los que te dan alegría, de los que te ayudan para seguir viviendo en esta comunión, la sociedad.
¿Qué estamos esperando? ¿Qué estamos haciendo? ¿Estamos ansiando nuestra propia y única salvación? ¿No sabemos, acaso, que si ellos son excluidos los siguientes seremos nosotros mismos?
Van por nosotros-ellos. Y ellos, seremos nosotros.
Estoy seguro que no me alcanzarán los ojos para ver marchando, por cuadras y cuadras, bajo el agua o el sol, a ellos, a los nosotros mismos diciéndole basta a aquella minúscula parte que quiere eliminarnos, hambreándonos, y que desean, en absoluto, nuestra infelicidad de vivir en esta tierra.
Lo sano es no permitir que lo logren.
Aún me quedan los ojos.


Alejandro Gil
21ene2024
Tucumán
Argentina 

Friday, January 19, 2024

EL AGUA SOBRE EL PISO




EL AGUA SOBRE EL PISO


Estuve semanas observando el agua invadiendo el piso de cerámicas pequeñas,  las del color de la tierra rojiza.
La secaba, le pasaba el haragán y volvía, con insistencia.
Cada día se mojaba. Pensaba: cuándo acabará este desgaste?
Cuando niño, tenía mi pasar sereno, no tenía inquietud por ahogarme. Tenía otros miedos, que mi madre se muriera, que me abandonara. No sé por qué, la pérdida de mi padre no me importaba, no percibía ese dolor.
Anoche soñé con mi madre ya muerta hace algunos años.
Estábamos sobre un escenario de parquet. De esos flotantes que usan para el ballet. Mi madre se desplomó, ya era una anciana. Estaba débil, los años le pasaban factura, estaba viejita, sutil su carne y su piel. Quedó tiesa y sus ojos y su boca tornaron al morado. Desesperado, pedí ayuda. Allí, curiosamente, estaba un fotógrafo. Me ayudó. La dimos por muerta.
El agua sobre el piso de pequeños rectángulos de cerámica roja dejó de fluir. Mi madre resucitó. Está viva.


Alejandro Gil
Enero 2024

Wednesday, January 17, 2024

Juan Gelman, el cuarto Cervantes argentino, en Tucumán

 


Juan Gelman, el cuarto Cervantes argentino, en Tucumán


Quizá nunca pueda sonreír, en mi vejez, con la cabeza levemente inclinada y sapiente como Juan Gelman en las miles de fotografías que le tomaron en su vida, como ésta de hoy, 23 de abril del 2008, en que le entregaron el premio Cervantes. Quizá en aquella foto perdida (en los archivos del Chino Pantoja) en el Bosque de la Memoria del cerro San Javier, yo tendría la cabeza levemente inclinada sobre el hombro de Gelman. No lo sé. El fotograma está extraviado en la Memoria de la Luz.

Yo lo llevé hasta los árboles. Árboles –desaparecidos hombres y mujeres que emergen en el vegetal in memoriam–. Fuimos hasta allí trepando la montaña, los sinuosos caminos, las pendientes que me asustaban –el Honda Civic, que recientemente aprendí a conducir, parecía agonizar por la falta de combustible–. Echale nafta! -me decía. Pero en el cerro no existían estaciones de servicio. Ya le había pedido a El Griego, organizador de la visita de Gelman a Tucumán, que me tirara un diez para el tanque. Fue poco. Ese billete no procuraba tranquilidad. Las pendientes eran las que mandaban a la aguja hacia el fondo del abismo del marcador de combustible. Y yo, a cuenta de mi inexperiencia automovilística, me decía: ¿Y si lo mato a Gelman por mi falta de conocimientos profundos en el arte de conducir? Tenía miedo que eso ocurriera. ¡Qué irresponsable! –me decía. Aquel año a finales de los ´90, yo tenía unos 32 o 33 años, y sólo un año o menos de conductor cívico, es decir: era peor que un porteño trepando los cerros tucumanos; cada curva era un suplicio, un desgaste de adrenalina mayúsculo: ¿Qué vendrá después? Más montaña, y autos rapaces desde el otro lado asustando a esta dubitativa víctima que anda penosamente cuesta arriba. Juan Gelman y su mujer viajaban en el asiento trasero. El Griego oficiaba de copiloto, dicharachero él, para amenizar el viaje. Los fui a buscar en el hotel Carlos V, se subieron en el Honda gris metalizado. En su perorata, El Griego hizo alusión a una tal anciana señora P.P., o algo así, que había escrito no sé qué cosa sobre no sé cual tema, y que era, o sigue siendo, una ilustre personalidad de los claustros académicos de Tucumán. Gelman saltó del asiento. Se le encresparon los nervios y el carácter. Arremetió violento con algo parecido a lo siguiente: “Hubiese hablado cuando las papas quemaban en los ´70”. El Griego dejó de hablar. No recuerdo otra alocución de él. La esposa de Gelman, que también es escritora y que ahora no recuerdo su nombre (Martha, quizá?, Lucía?, Vicenta?, Raúla?), que escribió un libro con él (debería meterme a Internet en estos momentos para corroborar estos datos; pero estoy muy cansado: mucho estrés me da este cerro que es la vida), tuvo una diminuta conversación conmigo, aprovechando el mutismo de El Griego y la desaceleración de Gelman. Le conté que estaba escribiendo una novela, La Sola, en la cual quería (quiero?) hacer un solo personaje con múltiples voces (lo lograré?, será posible?); a ella le encantó la idea, y a mí, me encantó ella: Una mujer alta, delgada, cabellos negros y piel blanca; unos ojos y una voz de firmamento. Pero aún, La Sola está sola, once años después, concretamente, 14 años después. Incompletamente, ése era el libro que Gelman vino a presentar a Tucumán, en El Griego Libros. Lo escuché leer sus poemas en el salón de la librería, en la peatonal Muñecas.

(Mucho antes, El Griego tenía una librería en la plaza Urquiza, La Belle Époque, allí compré mi primer libro, uno de Neruda. Con mis breves años, e influenciado por haber encontrado un poster de felpa del Poema N° 20 (puedo escribir los versos más tristes esta noche…) en una vidriera de Carlos Paz, Córdoba, me fui, de cabeza, a La Belle Époque: ¿Tiene algún libro de Pablo Neruda? –pregunté con mi timidez. –¡Todos!, me gruñó El Griego, señalando una apiñada estantería con su dedo índice poco amable. Compré uno, Fin de Mundo.) Desde ese momento comprendí que la poesía está de pie contra la muerte, como lo dijo hoy Juan Gelman al recibir el premio Cervantes de manos del rey de España.

El Honda continuó escalando el monte subtropical a pesar de mis angustias, de mis pensamientos negros de poder haber pasado a la Historia por haber provocado la muerte del futuro cuarto Cervantes argentino. La cabalgata agónica se acentuó aún más al pasar la Primera Confitería, paraje amplio en el que deseé detenerme para relajar mis nervios y, de paso, recordar que allí fui actor (un soldadito de un control caminero en la dictadura militar que buscaba a no sé quién y tampoco sabía por qué, pero tenía que requisar a todos los que pasaban por allí. Los que por allí pasaban  eran: Carlos Carella, Ana María Picchio, Víctor Laplace, Alberto Benegas y más, por el set natural), la película se llama El Rigor del Destino, del cineasta tucumano Gerardo Vallejo.

No pude detenerme. El control caminero, militar y cinematográfico, que había estado todo un largo día para filmar unos minutos de la película, ya no estaba. (Recuerdo al gran Carlos Carella sentado solo en el interior de la confitería esperando a que lo llamen a actuar, es decir: a transformar su melancólica y triste y lejana energía en un torrente de vitalidad y fuerza ante la cámara encendida. Había dos puntas de un mismo oficio: el show business histérico e histriónico de Víctor Laplace (a coro con la Picchio): sonrisas, carcajadas, corridas e ironías a por doquier; y el templo o temple del actor: Carella.)

El retén cinématomilitar hacía trece años que había abandonado ese lugar, la Primera Confitería del cerro San Javier.

La fuga de la muerte prosiguió, cada curva traspasada era una victoria.

Llegamos al Cristo Bendicente, y no era allí donde íbamos. Seguimos viaje hasta el Bosque de la Memoria, y por fin Gelman se bajó vivo del auto gris. Plantó un árbol, hubieron palabras y fotos, y un conglomerado de gente que recordaba el pasado pensando en el futuro.

Ahora toca retornar. La bajada será más distendida –pensé. Y no fue así.

*

–A ese boludo lo deberían desaparecer!, exclamó en actuado arrebato y jocosa sentencia (para él) un personaje televisivo de aquellos años, R.A.

–Eh! No le digan así al boludo de mi amigo Juan!, interrumpió Juan Gelman atemperando la macabra oración escuchada.

Ya el asado estaba saliendo del barril de aceite de 200 litros, cortado longitudinalmente al medio, que hacía las veces de parrilla con tapa, en la casa de V.G., en El Corte, en la falda del San Javier, que a su pie nace la planicie, aún empinada de Yerba Buena y que, más allá, desemboca en San Miguel de Tucumán.

En el asado-homenaje a Gelman había una quincena de personajes, incluido yo (el chofer de Gelman), y otros más, ligados, como yo, a Radio Universidad. V.G. era el director, y el personaje televisivo se había mutado a la radio. Él habría tenido otros arrebatos locuaces un tiempo antes, como cuando le preguntó por TV al periodista de Buenos Aires Santo Biasatti si el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas era parte de los gajes del oficio. Biasatti, que estaba en la Casa de Gobierno de Tucumán en un acto, le respondió: “La muerte nunca puede ser parte de los gajes del oficio de un periodista, ni de ningún otro.” (Ver los archivos de Canal 10 de Tucumán, si es que existen.)

El Juan, no el Juan Gelman, sino el otro, “el que lo deberían desaparecer”, era el poeta Juan E. González, en ese entonces asesor literario de la UNT, en la Secretaría de Extensión Universitaria que funcionaba en el Centro Cultural Virla. Su minúscula oficina, su cueva de poesía, estaba a dos puertas de Radio Universidad, en el tercer piso del templo cultural de la calle 25. La Lupa Mágica de la Palabra aún se emitía en el dial 94.9 Radio Universidad. Fue un sueño ese programa de radio, de música y poesía.

Juan González, ausente en el festejo, obviamente, había regresado años atrás de su exilio en España. Con un hijo desaparecido en Argentina y libros a cuestas, vivía y vive en Tucumán. Fue uno de aquellos que reflejó el dolor de la masacre dictatorial en poesía. Y lo hizo bien. Pero no hubo peor enemigo que el monstruo de la TV para sentenciarle el propio destino de su hijo.

Juan Gelman sabía con qué tipo de personajes se encontraría en Tucumán, aduladores. Equívocos aduladores, pero: inútil luchar con la estupidez! Inútil no delatarse.

El asado estaba rico, qué más da.

Gelman sabe, como gran escritor y como gran lector, que Cervantes se reía, grandilocuente, en cada frase que escribía, como siempre lo pensó y como ahora lo ejerce, pero sabiendo:

Reírse de lo que uno escribe no es omitir la verdad o la percepción de la verdad, es saberse íntegro con sus aciertos y equívocos; es transmitir, a sabiendas, una lectura que ahora está siendo leída y que concluye: La poesía está de pie contra la muerte, o la palabra misma no tiene otro sostén que la realidad que plasma.


ALEJANDRO GIL 

2008, Atlanta, EEUU 


Thursday, January 11, 2024

EL SILENCIO DE LA PALABRA




EL SILENCIO DE LA PALABRA


La palabra dice y se dice
Mueve el pensamiento, las emociones
Mas es insuficiente
Ya dijimos, cantamos, chateamos
Nos mueve el impulso de ser protagonista
Que nos vean, que nos oigan
Y hablamos y hablamos hasta el desasosiego
Y nos quedamos allí, orgullosos de haber dicho
Mas es insuficiente, improcedente
Pegamos gritos sordos
Un par de conocidos, quizá cientos,
Nos leen, nos escuchan
Mas es caer en vacío
Solo llena nuestro ego, la nada,
ese hueco que nos habita
Hay que discurrir lo breve,
lo que haga acción
Hay que mover el cuerpo,
que se traslade, que se roce con otros
e invada las calles
Esa pequeña y gigante fricción
encenderá fuego, fuego del silencio
que se verá multiplicado
Solo la multitud apagará el odio de los que quieren matarnos,
a nosotros, que les molestamos
a nosotros, que le sobramos
a nosotros, que no podremos pagarles la luz de sus riquezas

A nosotros, que apagaremos la última lamparita y moriremos

Solo salir a las calles nos mantendrá vivos


Alejandro Gil,
Poeta
11 de enero 2024,
Tucumán, Argentina 

Saturday, January 6, 2024

AHORA EN ESTE TIEMPO OSCURO




AHORA EN ESTE TIEMPO OSCURO


Hora veo lo negro, un tiempo cierto
No hay ni luz ni concierto
El Monarca está matando al hombre
A la mujer, al niño
Y a aquella niña
A aquelles

Sin balas está matando
Mata la tripa, el seso
Con rapidez nos mutila
Y te regresa a vos a la cloaca

No podrás pasear a tus críos
Darles divertimento
Y, lo doloroso, no podrás darle la carne de tu espíritu

No podrán saber la savia, serán analfabetos
No tendrán sombra para vivir el sueño

Bajo el cielo raso del sol calcilante
Sufrirán
Morirán
Bajo el capricho de los que saben
que así es mejor para sus intereses
Sólo hay que decir:
Ante esta negra historia hay que pararse
Ellos son unos pocos
Es nuestra la tarea de enfrentar la infamia


Alejandro Gil
6 de enero 2024

Tuesday, December 5, 2023

SOLITARIO TRISTE FUTURO




SOLITARIO TRISTE FUTURO


No debo hablar de mí
Ni de mis dolencias insignificantes.
A nadie les importa,
Ni a mi madre ni a mi padre
Ni a los hijos huérfanos,
esta circunstancia absurda

Ya no estoy en el mundo
Me ha abandonado
El tiempo va cambiando
Y no es para mejor

El vecino ya no piensa en nosotros
Se ovilla en él mismo.
Si se cae la luna, la patea
Ya aparecerá, dice
O no le importa la luz común.

Veo cada mañana la calle vacía
Voy solo a hacer las compras
Dónde está la gente?
Dónde la comunión?
El rozarse, el decirse buen día?

Ras!!!
Ya nada!!!
Todo solo y sin hombres,
sin mujeres, sin niñas,
sin ese niño que fui no vería esto

Sin haber vivido la comunión de las ferias
No me daría cuenta
Sin haber pasado por kermeses,
Bailes populares, corsos y comparsas
No sabría de esto

La calle ausente, la esquina quieta
Da esa penumbra, esa boca de lobo
El solitario y triste futuro


Alejandro Gil
5dic2023

Sunday, November 12, 2023

EL DURMIENTE




EL DURMIENTE


Ya es el sueño el raconto de una vida que no está
Crea la que viene

Sin dudar, digo que no me extraña.
Vivo cada vez que duermo
el pasado, el futuro
mas es presente y vivo más

Es un tibio instante.
Turbio también puede ser.
Eso no importa, son detalles,
circunstancias de la vida

Miro ahí una película
Una heroica o común
Una sutil y propia
Una en colores o en blanco y negro,

Y digo, el sueño es soñar y soñar,
en el medio
la vida que vuelve y va.

Ahí, siempre estamos.


Alejandro Gil
12 de noviembre 2023



Friday, November 3, 2023

EL MONO ABSURDO




 EL MONO ABSURDO



Cuando te das cuenta
Que el mono absurdo
Se da vuelta,
No sabes si es el espejo
El que gira en tu cabeza.

Sabes, sin quererlo,
Que todo todo cae y decreta.
Lo que vives es así,
Una pésima trastienda.

En la otra esquina,
Feo se dibuja
El abismo

Estarse en pie
Bajo un eje sano,
Es lo sabio para no caer al barranco

Solo el que mira al otro
Se salvará


Alejandro Gil
29 de octubre 2023

Saturday, October 7, 2023

CHUY CHUY, ¡QUÉ FRÍO!




Libro de poesía: 

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Alejandro Gil

Gracias!

Friday, September 22, 2023

HABLANDO CLARO




HABLANDO CLARO


Hablando claro

Sipi dipigopo quepe tepe quiepieropo
Espe porpoquepe lopo sienpientopo
Depe opotrapra forpormapa, nopo seperíapa tanpan claplaropo!!!


Alejandro Gil
22 de septiembre 2023

Tuesday, September 19, 2023

CADA TRES DÍAS




CADA TRES DÍAS


Cada tres días vengo aquí
A verte reír, a verte reír

Paso las tardes mirándote
Viéndote volar
Viéndote volar

Por el cielo azul, pasas

Me llueves, me llueves
Y yo
Resistiendo aquí

Porque es el amor
Tu amor
El que me salva

Es tu amor, tu amor
El que me cubre

Pasas
Pasas
Y aquí estoy
debajo de tí

Debajo de tí
Viviendo

Viviendo sobre tí

Sobre tí
Flotando

Cada tres días
Estoy aquí
Y no me ausento

Mi amor,
No me ausento


Alejandro Gil
19 de septiembre 2023

Sunday, September 17, 2023

HIPERREALISMO




HIPERREALISMO


dibujo lo que veo, cada trazo, cada rayo
escribo lo que veo, cada acción, cada escena
toco lo que escucho, cada sonido, cada pulso

no imito
trazo, silvo, describo

todo parece real
lo que creo, lo que musicalizo, lo que cuento

pero no es real

les miento

actúo



sepan
entenderlo



Alejandro Gil
17 de septiembre 2023

Thursday, September 14, 2023

MI CBU EN ESTE TIEMPO


 MI CBU EN ESTE TIEMPO


Mi CBU en este tiempo
es un código de esperanza
no acerca lo más mínimo
tan lejos está mi ganancia

no me llena la panza, ni la subsistencia
sólo me dice, me enseña
estoy trabajando

me entretengo a diario
me titula como útil
no sabría qué hacer
con tanto tiempo de sobra

así de sombría es la vida
el paso terrenal
dar sueños e ilusiones
a los que quieren mirarse
plasmando sus historias
recordando y creando
sus memorias íntimas,
la existencia se ve que se va

recuerdo, animoso
y lo vivo así
quiero tus ojos mirando al cielo azul
indefectiblemente, nos acompañamos


Alejandro Gil
14 de septiembre 2023

Saturday, September 2, 2023

LOS ERRORES DEL POETA




LOS ERRORES DEL POETA


Uno, cuando escribe, comete errores
Errores como escribir sobre poesía
Escribirle al género
Al género literario

Uno, como poesía, debería escribir al humano
No a la herramienta
No a la materia
No a eso tan abstracto

A quién le importa el juego de la Palabra?
A nadie!
Yo quiero sentir, sentirte poeta!!!
Fuera de tu oficio!
Haceme vivir esas emociones
que las reconozco, y no sé expresarlas

Quiero vivir mi mudismo
que cuando te lea, me viva,
me reviva
y diga: soy yo!

Haceme parte de la vida, poeta
Decime lo que no quiero escuchar!

Hasta tu silencio me sirve
me hace íntegro
Me hace o deshace
Y quizá nada me importe de lo dicho

Pero aquí estoy, esperándote
Esperándome

Acabo de cometer un error,
no me disculpen


Alejandro Gil
2 de setiembre de 2023