LA GRAVEDAD de SINCERAMENTE

LA GRAVEDAD de SINCERAMENTE

No he hojeado siquiera el libro de la expresidenta. No me hace falta para lo que quiero decir. Soy un observador embadurnado, estoy adentro del conflicto. Estoy adentro de la historia. Estoy bombardeado de opiniones, de odios, de amores, de miradas distintas. Está el libro. Sinceramente está. A la venta. A por encargo. En PDF. El libro que escribió Cristina Fernández de Kirchner es un objeto real y virtual. Y, sobre todo, un disparador. Dispara fundamentos. Dispara blasfemias. Siempre hablamos más de lo que sabemos. No los argentinos, todo el humano hace lo mismo en cualquier parte.
El libro está y seguirá. Toneladas de datos de Internet están siendo gastados por este pedazo de papel, por este archivo que ocupa espacio en nuestro celular, en la compu. Aclaremos: en Argentina el 30% de sus ciudadanos no tiene acceso a Internet. Es decir, más de 13 millones de argentinos no saben de lo que estamos hablando, en teoría. Muchos más, con múltiples accesos a la información, tampoco sabrán de la batalla insustancial que creó este libro.
¿Cuál es lo importante de este libro? Nadie lo sabe. Y muchos dirán que sí lo saben.
Este SINCERAMENTE es apócrifo. Crea trolles. Los alimenta. Germinan. Se encienden con vigor sus agazapados brotes. Viejos brotes que siempre estuvieron. Es apócrifo porque la guerra de misiles es imaginaria, no los misiles, los argumentos, y no son reales, son digitados, son los que alguien obligó que sean. Lanzan esquirlas a diestra y zurda. Los siniestros están en el poder, en el cotidiano y en el invisible: aquel que sabe, busca y consigue lo que quiere.
Son vandálicos los marcadores, los que aplican la lupa sin apartarse del aro que soporta la lente.
Están también los que religiosamente ignoran el contenido real y se aferran a pasiones.
SINCERAMENTE no ha inventado nada. Ha corrido un velo y con celo marca los contrapuntos, las dos aceras: ellas dos junto al camino crean el espacio donde transitamos, unos ansiosos porque el andar sea parejo para todos, otros empeñados en crear abismos.
SINCERAMENTE, nada grave. Sólo una pincelada más a este cuadro.

ALEJANDRO GIL
4mayo2019