Le acabo de comprar 160 pesos a una familia que se sentó en el cordón de mi vereda. Un carro impulsado a mano con unas cuantas bolsas negras de basura. Descansaban. Primero vi que esta mujer joven estaba sentada y tres de sus hijitos de hasta 5 años urgaban las bolsas de escombros que saqué más temprano. Les dije que no dispersaran esas bolsas, que sólo tenían escombros. Los chicos volvieron a poner unos cartones que puse dentro de esas bolsas de arpillera. Fui adentro a ver si tenía algo de comer para ellos, algo que pueda darles. Obviamente no tenía nada. Estaba terminando de cocinar una tortilla de arvejas. Salí de nuevo. Le dije: quiere que les compre algo para comer? Dándose la vuelta me dijo que sí. Busqué plata en mi depto. Ya vengo, voy al almacén, le dije. Bueno, contestó. Compré pan, jamón y queso. $160. Le di mi compra, me dijo: Dios lo bendiga. Ya estaban en mi vereda dos chicos más con un cochecito de bb. Una nena de seis años me preguntó: tiene agua fresca? Saqué uno de mis botellones y le dí un sobre de juguito que me dieron de vuelto. Por el portón les pasé la botella, la niña me preguntó: le devolvemos la botella? Sí, le dije. Déjenla tras las rejas del jardín del frente de casa.
Así lo hicieron.
Alejandro Gil
21 de septiembre 2029
No comments:
Post a Comment