USTEDES, SEGURAMENTE
Ustedes, sin duda
No escuchan su voz
No perciben su tono
El tono de la agonía
Ella hablaba, llamaba
Decía nombres, el mío
El de ustedes
Cada día
Se sonreía
Era una parte de su felicidad
No sé si acudieron
Ése no es mi tema
Ella sonreía
Yo le hacía bromas
Bromas y consuelos, desde la ausencia de su esposo, mi padre,
que estaba haciendo números en la cocina, y estaba, sin dudas, ya muerto;
Hasta su deseo de pedirle el divorcio y conseguir un novio, porque no la visitaba
Estaba en cama, ella lo sabía
Estaba por ratos, en otro mundo
En sus recuerdos, en sus amores
Los actuales,
porque siempre se ama el presente,
Y los pasados, la constitución de uno
Ella es
Sigue estando a pesar del desalojo:
La expulsaron de su cuarto,
la sacaron trapo por trapo
Aún escucho su llamando
Su risa
Su humor ácido
Su pícara mueca sabiéndose tremenda
Ella amaba sin esperar reciprocidad
Amaba
No había nada más que hacer
Lo demás no importaba, no importa
Desparramaba su amor
Pero sabía quiénes lo merecían
En secretos, ella gemía su sabiduría
Alejandro Gil
1julio2019