EL MERCADO ELECTORAL y LA UTOPÍA ALCANZABLE
Hay posturas y anclajes personales en política de vida. Hay los que se plantean ser político como cargo estatal y, desde allí, plasmar, en recortadas aspiraciones por las presiones del poder real, sus pasados ideales. También están los que deliberadamente buscan el puesto desde la agencia de empleos que suelen ser las elecciones democráticas. Quizá podríamos pensar que ambas situaciones son poco importantes para la construcción de una verdadera equidad social, justa, primordial para convertirnos en algo apacible económica como humanamente: ser una sociedad amable, solidaria, justa, protectora de todos los sectores y, sobre todo, proveedora del bienestar integral como personas sin ningún tipo de distensiones: buscar y acceder a la plenitud de la felicidad social.
Aquí está el desafío: Construir un espacio de política saneada, si se quiere ideal, que no está para nada mal que sea idealista, digo: son muchos los detractores de la palabra "idealista", y, retomo, es lo que conduciría a algo profundo y sólido: el hacer política sin verse como el ombligo del mundo que requiere un cargo para ejercer un cambio social; o seguir apuntando a la construcción efectista y, por consiguiente electoralista (como único fin, se intuye).
En síntesis, No Hay Síntesis.
La decisión de cada persona que leyó este manifiesto, su decisión de qué tipo de política necesita nuestra sociedad y cuál política quiere para sí y sus contemporáneos, es la síntesis.
La esperanza es que prepondere ese íntimo mundo justo y sin necesidades que, teórica y utópicamente, todos pretendemos, sé que muchos son cínicos e hipócritas.
Alejandro Gil
26 marzo 2019
No comments:
Post a Comment