unDíadeMivida
6:20 –suena la alarma / la pongo en pausa
6:30 –suena la alarma (mi teléfono es insistente) / la
pongo en pausa /
giro mi cuerpo sobre
el eje incierto del
horizonte / mi
espalda es corva /
penetra la hostil estructura
del somier / mis
órganos empujan
gravemente /
quieren descender y se topan
con mi columna /
debajo de mi columna
debería haber músculos /
carnes / humus /
piel y corteza antes
del colchón / pero no hay
nada de eso / sólo
está mi dolor / mi necesidad
urgente de levantarme
y ponerme a trabajar en
mis textos por al menos dos
horas / por día // ya llegó el
tiempo que dice que
llegaron las 8:30 / terminé /
mi tiempo para la poesía
terminó / no he logrado nada /
los anaqueles de la historia
no cuentan conmigo / no
publiqué y no estoy / lo que
hice se borró / lo que
dije se lo comió el bostezo /
todo fue un juego
y alguien lo abandonó
8:32 –ya habré desayunado
habré vivido tostadas
de pan de centeno
habré vivido el delicioso
escurrir de la mantequilla
en las crocantes cortezas
de esos panes morenos
que tienen la piel
y sus entrañas
como la gente vecina
que mira desde el sur
quizá haya satisfecho
con té mi sed inglesa
pero las five o´clock están
lejos
8:33 lo previo es anterior
a lo posterior
y ahora sigue
8:34 –debo disciplinarme / seguir
meticulosamente los cánones
del libre mercado / que
no es tan libre o uno
es un atado
debo difundir mis habilidades
a la sociedad / ella, la sociedad,
debe responderme / no me
responde / debo intentarlo
nuevamente / lo hago /
lo intento / ella no responde /
alguien falla / la sociedad
no falla / fluye / no te mira /
no se detiene en vos / alguien
falla / y eres tú
–regresemos / son las 8:34 /
salgo al camino que me
lleva al lugar donde trabajo /
ahí me pagan (mal) por lo
(bien) que hago / creo que
aquí el círculo cierra bien /
a ellos le conviene / a mí no
–las 8:34 se convirtieron en
las 5 de la tarde /
y estamos temprano / porque
siempre es tarde (más tarde)
y te digo que las velas
de otoño no se encienden
antes de las 6 de la tarde
6:31 –y aún estoy en el
trabajo / el que apuesta
a la vida renuncia /
alejandro gil
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Frente a lo usual en estas bitácoras que llamamos blogs, donde se encuentra uno la vida a grandes bocados, resulta interesante esta miniatura (en el sentido de minutos) obsesiva tuya con el reloj maravillosamente expresado a través de esa formula de entrecortar las frases como si las barras inclinadas fueran el tictac del segundero.
ReplyDeleteSe trasluce además el desesperado intento de transcender de alguna manera a esa rutina inmensa que es la supervivencia, a esa ballena insaciable, ese agujero negro de tiempo que es el trabajo, ajeno por completo al acto supremo de la escritura.
Enhorabuena. Un abrazo.
Al igual que Manolotel te digo ENHORABUENA Alejandro, por el magnífico poema que me mantuvo en ascuas hasta el último verso, como así tb por esta actividad tuya que respira y transpira poniéndose de pie y exorcizando ese tic tac rutinario.
ReplyDeleteUn fuerte abrazo!
Vengo de la mano de Inés y me quedo en tu blog para ir descifrando, lentamente, ese tejer y destejer de la escritura... Un saludo. Seguiremos a la búsqueda del tiempo perdido o de ese segundo eterno que Jorge Guillén salva de los instantes que pasan de continuo.
ReplyDeleteSolo puedo decir:
ReplyDeletePOR DIOSSS!!!
Y agregar la palabra más bella, como la calificó hace poco Osvaldo Bayer: Gracias.
Juntos encontramos el poema, y me dicen cosas que yo sabía y no sabía.
Alejandro, me comentaron que vendrás a Santiago del Estero a participar de "Libros Libres"... espero que el comentario sea cierto.
ReplyDeleteMe encontré con este poema que disfruté a medida que pasaba la mañana y lo sentía como propio. Me gustó mucho la construcción del "remate", apueste a la vida nomás!!!
Saludos.
así dicen las lenguas, espero que se de, me encantará estar en Santiago... saludos!
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