ENSAYO
El espacio está oscuro o luminoso. Los cuerpos accionan. Crean imágenes tibias o fuertes. La penumbra o las oscuridades, marcan sus contornos. Hay mensaje o no. El actor se lo propone o no. Se desarrolla la acción, aún el espectador no sabe de qué se trata. Es una emboscada. El actor no tiene la más pálida idea. Eso no importa. Ni sabe si vendrá palabra ni relato. Eso, tampoco importa. Actúa, solo eso. Pero no actúa, es. Se ha olvidado de la teoría. Se ha apartado del mundo arrastrando lo que fue, será. Cada instante es pasado. El cuerpo y la voz; el espacio y el tiempo son sus herramientas. Están dispersas, desordenadas. Solo duran un instante. El ensayo sigue, no sabe hacia dónde va. Tampoco importa.
Hay un quiebre. Se desordena todo. La música aún no elegida. La voz sin palabras. El cuerpo se desarma. Se fractura. La obra entra en crisis, aunque aún no es una obra. El actor, cada uno, está desorientado. Son marionetas de algo que aún no se resuelve. Ellas tienen sexos distintos, elecciones distintas, forman parte de la sociedad en la que viven. No saben qué representar, la única alternativa es representarse a sí mismas.
El texto o el mudismo vendrán solos.
La claridad del arte les dará el salvoconducto.
Alejandro Gil
27 de diciembre 2024
A Yoca