LA CUADRÍCULA
Para dibujar en escala, algunos usan esa técnica de la cuadrícula. Otros no. Ahí también se escapa la proporción. Y eso es bueno, quizá mejor. La poesía se desborda, sale del eje. El ruido, lo que estorba, enriquece.
Ése escombro, esa suciedad, hace volumen. Cuerpo roto que procura certeza. Ay! ¿Qué quizo decir ese poema con esa disonancia? Absolutamente nada o todo. Quizá allí está el sentido de lo escrito. Mas ese error, no es inocente. El pobre versificafor se siente en pecado. Le duele, si está atento. O ni siquiera se da cuenta. El pobre poeta solo respeta la forma, si le da el cuero. Solo pretende gustar. Quizá logre el beneplácito de sus amigos, jamás abordará el estado del quiebre que requiere la poesía. Ella y sólo ella, la poesía, busca la nada del lector. Generalmente calla y explota los ojos.
El ojo crítico de la poesía. La rota poesía, la que ve y no ve. La poesía sólo vive en la fractura.
Alejandro Gil
2 de agosto 2025
Tucumán
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